Motricidad gruesa

 Motricidad gruesa

La motricidad gruesa forma parte de la psicomotricidad infantil, que se refiere al desarrollo de las habilidades motoras que involucran los diversos movimientos de los músculos del cuerpo y la destreza con la que se realizan. Estos movimientos, considerados globales y que involucran a todo el cuerpo, se clasifican como motricidad gruesa y están directamente relacionados con la capacidad de mantener el equilibrio y cambiar hábilmente la posición del cuerpo.


En la infancia la motricidad gruesa comienza a desarrollarse desde el momento del nacimiento y el inicio de las relaciones con el mundo. Entrenar los músculos para realizar movimientos específicos requiere tiempo y entrenamiento constante para alcanzar ciertos estándares. Normalmente, los niños y las niñas son capaces de realizar grandes movimientos para desarrollar habilidades motoras gruesas, como pararse, saltar, caminar o sentarse, en los primeros tres años de vida. Con el paso de los años, mejoran estas habilidades, que les permiten realizar actividades más complejas, como apuntar a lanzar objetos, andar en bicicleta o practicar algún deporte.

IMPORTANCIA:
La motricidad gruesa es de vital importancia en el desarrollo integral de los niños. Implica acciones relacionadas con movimientos de todo el cuerpo, como caminar, correr, saltar, trepar, lanzar, rodar, entre otros. Estas habilidades motoras gruesas permiten a los niños explorar su entorno, desarrollar su coordinación, equilibrio y fuerza muscular, así como mejorar su salud física y bienestar general.

El desarrollo de la motricidad gruesa en los niños tiene múltiples beneficios. Les permite adquirir habilidades de orientación espacial, lateralidad y coordinación, lo cual es fundamental para su desarrollo cognitivo, emocional y social. Además, les brinda la oportunidad de participar en actividades físicas, deportes y juegos, lo que promueve un estilo de vida activo y saludable.

Es importante estimular el desarrollo de la motricidad gruesa desde las primeras etapas de la educación. Esto se puede lograr a través de actividades y juegos que involucren movimientos amplios y desplazamientos en el espacio, como gatear, saltar, correr, trepar, lanzar y rodar. Estas actividades pueden realizarse tanto en el hogar como en entornos educativos, creando espacios seguros donde los niños puedan moverse libremente y practicar estas habilidades motoras.

ETAPAS DE DESARROLLO:
El proceso de desarrollo propio de este tipo de motricidad sigue dos principios psicofisiológicos: el céfalo-caudal y el próximo-distal. El primero se refiere al eje vertical que va de la cabeza al hueso del coxis, y el segundo se asocia al eje horizontal del punto central del cuerpo hacia las extremidades. De este modo, primero se moverá la cabeza, luego los brazos, a continuación las manos, el abdomen, las piernas y por último los pies


Las etapas de desarrollo de la motricidad gruesa pueden variar ligeramente según diferentes fuentes, pero aquí te presento una descripción general de las etapas comunes:

1. Control de la cabeza: Durante los primeros meses de vida, los bebés desarrollan la capacidad de levantar y sostener la cabeza cuando están boca abajo. Esto es un hito importante en el desarrollo de la motricidad gruesa.

2 Sedestación: Alrededor de los 6-8 meses, los bebés adquieren la habilidad de sentarse sin apoyo. Pueden mantener el equilibrio y jugar en esta posición.

3. Gateo: Entre los 8-10 meses, muchos bebés comienzan a gatear. Este movimiento les permite explorar su entorno y fortalecer los músculos de las piernas y los brazos.

4 Ponerse de pie: Alrededor de los 9-12 meses, los bebés pueden ponerse de pie con apoyo y sostenerse en muebles u otros objetos. Esto implica un mayor control y equilibrio de los músculos grandes.

5 Caminar: Entre los 12-15 meses, la mayoría de los bebés dan sus primeros pasos y comienzan a caminar de manera más independiente. A medida que ganan confianza, mejoran su equilibrio y coordinación.

6. Correr, saltar y trepar: A medida que los niños crecen, desarrollan habilidades más avanzadas de motricidad gruesa, como correr, saltar y trepar. Estas habilidades implican un mayor control y coordinación de los músculos grandes.

Es importante tener en cuenta que estas etapas son solo una guía general y que cada niño puede desarrollarse a su propio ritmo. Además, el desarrollo de la motricidad gruesa continúa a lo largo de la infancia y la niñez, mejorando con la práctica y la experiencia en diferentes actividades físicas.




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